Estoy comenzando una nueva vida fuera de mi país y en condiciones completamente inciertas y diferentes a como lo he hecho anteriormente. Ya viví en Alemania dos veces, en Chile y en Venezuela. Actualmente me encuentro en los Estados Unidos como visitante, pero voy a ver si puedo cambiar mi tipo de visa para poder trabajar y quedarme. Si no resulta, seguiré viaje para otro lado.
Llegué a los Estados Unidos el 12 de agosto de 2021 por el aeropuerto de Houston. La entrada, milagrosamente, fue muy amable. No se demoró mucho y hasta me hablaron en español. Algo inusitado para mí.
Donde tuve el peaje. Es que siempre hay un “peaje” o pago de derecho de piso en los aeropuertos de EEUU para mí. Fue cuando me escanearon el equipaje y la bolsa de dinero esa que va pegada al cuerpo. Me hicieron pasar dos veces esa bendita bolsa y cada vez que se alejaban de mí con ella parecía que tuvieran a mi bebé recién nacido (literal todo el cash que tenía y mis ahorros más los ahorros de mi mamá de años). Hasta que cuando se siguen alejando y parecía que hasta lo disfrutaban me avivo de que tienen los nombres en el uniforme y empiezo: “May I know your names? You are “Ahmed Sonja and who is your partner?” Ahí me responde ya más seria: „That’s my supervisor“. Yo al supervisor: “That’s literally all I own. Why are they scanning it over and over again?” El supervisor me mira amable, sonríe, los mira… y la cortaron con el bailecito.
Pero la otra sorpresa fue cuando recibí la valija y la abrí. Evidentemente el equipo comando que revisa el equipaje no pudo resistir y la estuvo husmeando. Ya ni me gasto en ponerle candado porque siempre me quieren abrir la valija. Supongo que es tan hermosa e irresistible que necesitarán ver cuántas joyas y dinero y tal que tengo ahí… ¡Pobres! Se deben decepcionar muchísimo. El caso es que estoy decidida a ponerles un tutorial sobre cómo cerrar los frasquitos de esmalte. Ya es una costumbre que los abren, pero no los cierran bien, entonces me arruinan todo lo que hay en el set de maquillaje. Con un amigo creemos que parte de la capacitación para trabajar en controles fronterizos del aeropuerto es la “prueba de cerrar frascos“. Esto determina a qué parte irán: si no los pueden cerrar bien, quedan para equipaje, el escalafón más bajo… Yo quiero ayudarlos a ascender, así que tendría que facilitarles un video explicativo sobre cómo cerrar bien los frasquitos de esmalte. ¡Pobrecillos! Es una habilidad especial.
Como podrán apreciar, nada mejor que tomarse con humor lo que uno no puede evitar (el sarcasmo ayuda mucho) y realmente saber el idioma del país dominante o al menos inglés es clave para hacer valer tus derechos y recibir el trato que corresponde. En muchos aeropuertos hacen discriminación por portación de cara o color de piel, pero cuando uno está educado y conoce sus derechos y se expresa adecuadamente en el idioma, las cosas cambian. Saber idiomas y conocer la cultura no solamente te abre puertas, sino que evita que te las cierren en la cara sin ningún motivo.